Funeral

 El carro fúnebre de negro esmalte desgastado,

Los de las pompas fúnebres manoseando cigarrillos.

La familia, algunos llorando, algunos aburridos,

Algunos sólo pensando en sí mismos.

La banda contratada desafina.

Hasta en la muerte encontramos desacuerdo.


Si miras de cerca a una persona muerta, ¿Realmente puedes ver un alma? ¿Queda algo de la persona que conocías? No. Sólo hay un cuerpo, uno que ni siquiera luce familiar; lo que sea que anima a la persona se ha ido. ¿Ha volado al cielo? ¿Ha entrado en algún ciclo de transmigración? No lo sé. Las teorías sobre qué pasa después de la muerte sólo pueden ser conjeturas.


Un funeral es para los que quedan. Es un ritual para que podamos asumir lo que ha sucedido. A veces, uno se pregunta si el llanto es más de miedo por nosotros mismos que de pesar por el difunto.


Toda la vida buscamos la unión. Tratamos de complacer a nuestros padres, tratamos de hacer las cosas bien para nuestros maestros y la sociedad, tratamos de hacer el amor y de casarnos, tratamos de tocar lo universal a través del arte, la música y la meditación. Sin embargo en toda nuestra vida, cada uno de nuestros intentos es defectuoso. El acuerdo y la armonía son estados transitorios. Su duración y calidad están dados sólo por nuestra determinación. Una vez que nuestra mente cede, ya no podemos mantener las conexiones que queremos.


No esperes a la muerte para resolver tus problemas. Has lo que debas hacer mientras estés vivo.